sexta-feira, maio 05, 2006

¿TV o no TV?


Sí, me gusta la tele, me encanta, me fascina, es más: creo que no puedo vivir sin ella y no quiero intentarlo.

Mi vida la han marcado esencialmente tres cosas: las personas que quiero, la música y la TELE. Cómo evitarlo, si desde que tengo uso de razón las nanas (que a lo largo de mi vida han sido alrededor de 50) me han inculcado, mediante las no bien ponderadas telenovelas, el culto a este adictivo artefacto. He visto TODOS los programas de TODOS los canales aunque sea una vez en mi vida, he visto TODAS las teleseries de TODOS los canales, ya sea un capítulo o la temporada completa (como soy fácil de engatusar me quedo con la última). Como pueden ver, soy una ñoña otaku de la TV. La relación con ella es casi enfermiza... nunca he sido muy fiel, pero cuando de mis programas favoritos se trata, le dedico una exclusividad única.

Aunque la situación no es taaan extrema como antes, aún puedo recordar cuando iba en 6º básico y era enfermizamente fanática de "Sailor Moon". Sí!! Aunque sea absolutamente vergonzoso admitirlo, debo hacerlo: junto a aquellas chicas preciosas y dotadas de súper poderes; lloré, reí, me gasté todo el dinero que me pude haber gastado y me quedé atrapada en los barrotes de una ventana...

... Así es. Era el primer capítulo de "Sailor Moon Súper" y yo iba corriendo desde el gimnasio a mi casa. Al llegar saqué presurosa las llaves y puse la correcta en la cerradura de la puerta principal... Mierda, la /&%$&%$ esta no funciona!! Por la $·%$ qué hago? De pronto un recuerdo traído por las fuerzas más oscuras que puedan existir, llegó a mi desquiciada cabeza... Miro el ventanal del dormitorio de mis padres y sobrepuestos, los barrotes. No lo hacía desde que era pequeña, pero no era gran cosa, en ese entonces aún no me entregaba al alcohol y gozaba de un estado físico decente. Cual mono que va a por su banana me encaramé, trepé, sudé, sangré y procedí; primero fue la pierna derecha, luego la izquierda (íbamos bien), pero venía la parte difícil (el tronco).... El diablo y la puta que lo parió!!! Maldita pubertad de la puta madre, por su culpa ya no cabía. No me resigné, con los ojos desorbitados continué haciendo un esfuerzo sobre humano e hice presión, lo seguí haciendo, hasta que llegué al extremo de no poder respirar. En esos momentos era (literalmente) una poly entre las rejas. En un segundo de lucidez comprendí lo que estaba pasando y con tristeza traté de salir... pero no podía, estaba realmente atascada, pujé pujé, hasta que... Paf! Pum! Plop! Zaz!, salí disparada, golpeando mi cabezota contra el césped.

Al recuperar la cordura tomé mis llaves y esta vez más calmada (que más daba ya estaba todo perdido), las introduje en la cerradura y procedí. La muy desgraciada se abrió con una facilidad tal, que podía escuchar a Serena Sukino riéndose de mí. Lloré de la rabia.

Estoy tocada... no puedo vivir subyugada a ese ente manipulador que me anula el intelecto y me reduce a la condición de una babosa que alucina con el brillo de sus colores... lo voy a dejar... alguna vez dije lo mismo del cigarro. ¡Demonios!

quarta-feira, maio 03, 2006

¿Y si muero?

Siempre supe que mi muerte sería trágica y temprana, lo que nunca pude anticipar fue cuan trágica y temprana sería.
En realidad nunca me visualicé más allá de los 23 años, aunque reconozco me esforcé, traté de fabricar lo que llaman un "plan de vida" que abarcara más allá de la universidad pero me era imposible, simplemente no podía.
Yo creo que el hecho de que nunca nadie haya esperado nada de mi ha sido determinante a la hora de no tenerme fe ni grandes espectativas personales. Las únicas veces que me he proyectado fue cuando soñé que quedaba embarazada por obra del espíritu santo y aquella vez que iba a estudiar teatro y posteriormente formaría mi propia compañía teatral.
Es extraño, casi cómico, cuando escuchas aquella frase que dice "vi pasar mi vida frente a mis ojos", pero cuando estás a punto de morir, realmente te ocurre: tu primer día clases y tu primer libro, violentamente se ven aplastados por el recuerdo del primer beso y de sopetón aparece tu persona favorita; persona que quizás nunca te imaginaste sería la última que evocarías el día de tu muerte. Quieres decirle tantas cosas, quieres apretarlo fuerte y llorar ahogada en su pecho. Aun puedes escuchar sus latidos como tantas veces los escuchaste, ¿recuerdas cuando te parecía distinguir en el palpitar de su corazón las melodías más alegres?Pero ahora estás muriendo y solo puedes imaginarte la marcha fúnebre y las lágrimas que teñirán los días posteriores.
Ahora que estoy muriendo me doy cuenta que no quiero dejar de existir, ahora puedo imaginar finalmente mi vida más allá de los 23, ahora se que no quiero ser una mujer moderna e independiente, solamente quiero casarme, tener cuatro hermosos hijos, enseñarles a leer y estar ahí cada vez que me necesiten. En esto momentos le diría a mi persona favorita lo magnífico que es y cuan inmenso es el amor que siento por él.
Qué injusto, se supone que yo lloraría su muerte, no él la mía. ¿Cómo me va a ver en estas condiciones? ¡Este cuerpo frío no es mío!... Porfavor no me mires, ni menos me llores, sólo abrázame con los ojos cerrados y recuerda cuando me viste nacer, recuerda nuestros juegos y sobretodo recuerda que te amo mucho. Ahora que muero puedo decirte una cosa: siéntete orgulloso, siempre fuiste mi persona favorita.
El fin de semana viajé a mi casa y mi padre me dijo algo que me quedó dando vueltas " es increíble que uno tenga que imaginarse muerto para dimensionar el amor que realmente siente por las personas", una vez más tiene razón... por eso es mi persona favorita.