segunda-feira, março 26, 2007

Eso

Pocas veces un pensamiento ha permanecido mucho tiempo en mi cabeza, así como no puedo estar mucho rato en un lugar, no puedo hacer mucho rato la misma cosa ni soy capaz de estar mucho con una persona, porque siempre me ABURRO.

Sin embargo, las ocasiones en las cuales sí he podido estar más de lo normal en alguna situación, se produce un efecto absolutamente nefasto. No quiero decir que en estado "normal" sea un monumento a la sanidad mental, pero cuando me dedico a algo es sencillamente porque estoy medio o enteramente obsesionada. Y es que desde chica he sufrido harto por esto: pequeños caprichos que crecen como bolas de nieve, convirtiéndose en avalanchas mortales que terminan consumiendo mi tiempo y mi paz.

Lo peor es que ya superada la etapa y mirado desde afuera, me es posible reconocer que eran estupideces, idioteces, tonteras, pendejadas, imbecilidades que lograron amargarme un largo rato. Me da lata y vergüenza ser tan extremista: o estoy muy contenta, o muy enojada, o muy triste o terriblemente asustada y es por eso que tengo que escribir una y mil veces, siempre acerca de mí, sobre lo que siento y la mayoría de las veces sobre verdades solapadas.

Me consume la auto referencia, me consume la incapacidad de terminar ideas, me consume el hecho de que nunca me gusta lo que escribo, me consumo siempre, todos los días y al final no queda nada de mi.

2 Comments:

Anonymous Anônimo said...

pero tiene su lado bueno, habemos personas que no conocemos sentimientos tan intensos o peor, cuando los tenemos, nos arrancamos tan olímpicamente, que después nos terminamos arrepintiendo

te quiero

12:38 PM  
Blogger J. I. Avila said...

Y que hay con eso?

2:14 PM  

Postar um comentário

<< Home